El fiscal pide que las menores de la red de explotación sexual de Madrid declaren como prueba preconstituida

El fiscal de la causa penal en la que se investiga una red de explotación sexual a menores, algunas tuteladas por la Comunidad de Madrid, ha solicitado a la jueza que instruye la investigación que las víctimas de esta mafia declaren como prueba preconstituida con la finalidad de que su testimonio sea válido para el futuro juicio que se celebre, han informado fuentes jurídicas.

La jueza de Instrucción número 8 de Madrid ha interrogado por ahora solo a los detenidos en la denominada ‘Operación Sana’ y tiene previsto tomar declaración a las menores, en cuyo caso la ley permite que su testimonio quede recogido como prueba antes de la apertura de juicio oral para evitar lo que se conoce en el argot judicial como ‘doble victimización’.

Entre los 37 detenidos figura el rapero Saymol Fyly, un conocido ‘youtuber’ que presuntamente captaba a las menores utilizando su música y, junto con otros miembros de la trama sexual, las enganchaban al consumo de cocaína base para «venderlas a toxicómanos» en narcopisos de Villaverde Alto.

De los 37 detenidos, solo ocho han ingresado en prisión provisional y sin fianza. Según los investigadores, al menos diez menores habrían sufrido los abusos sexuales de esta red de prostitución infantil que operaba en Madrid, principalmente en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, en Villaverde.

SÍNDROME DE LAS ‘CADENAS INVISIBLES’

Las chicas comparten lo que se conoce como el síndrome de las ‘cadenas invisibles’, propio de la explotación sexual de mujeres que consiste en la necesidad de permanecer junto a sus verdugos pese a no tener un impedimento físico que les impida romper con ese camino.

La edad de las víctimas, entre 13 y 18 años, y el hecho de pertenecer a familias desestructuradas refuerza esta dependencia, esta especia de ‘síndrome de Estocolmo’ común a todas ellas independiente de fugarse de su casa o de centros de menores (5 de ellas).

El sumario de la causa expone cómo las chicas eran enganchadas a la droga, principalmente al consumo de cocaína base, para después ser obligadas a prostituirse. Muchas se escapaban de los centros de menores y regresan con enfermedades de transmisión sexual.

«Todo ello sumado a la situación de falta de higiene, sueño y alimentación, con todo lo que ello conlleva», señalan las actuaciones judiciales.

Las jóvenes sienten «un miedo atroz» a muchos de los arrestados, entre ellos algunos miembros de la banda latina de los Dominican Don’t Play y motivo por el que todas las víctimas están acogidas a programa de Testigos Protegidos.

«El terror generalizado por las circunstancias expuestas, unido al hecho de que los varones detenidos se mueven por el entorno de las bandas latinas, muchos de ellos con antecedentes violentos a sus espaldas, genera esas ‘cadenas invisibles’ que mantienen a las víctimas cercanas a las investigados», recogen las diligencias.