Sánchez sopesa adelantar elecciones para hundir al PP y abortar las pretensiones de Yolanda

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visto desde el sofá de Moncloa y con palomitas la crisis interna de Partido Popular. Sin embargo, no todo son fuegos artificiales y enhorabuenas para el líder del PSOE. Una crisis interna en el PP de este calibre podría traer un candidato con más opciones de desbancar a un Gobierno tocado por la inflación y por otros cientos de cuestiones. A esta amenaza hay que sumar la que supone la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz y su proyecto. Por todo esto, fuentes del Ejecutivo dejan meridianamente claro que Sánchez se plantea seriamente adelantar el calendario electoral para abortar las pretensiones de Díaz y las posibilidades de su plataforma y para evitar que el PP se recomponga y suponga una amenaza real para los intereses del PSOE.

Desde Moncloa, por consejo del jefe de gabinete Óscar López, sopesan seriamente adelantar el calendario electoral a este año. El problema es que necesitan una excusa de cara a la galería más allá del oportunismo que guía esta idea. Lo que quiere Sánchez es buscar el mejor momento para presentarse a las elecciones. Y ese momento es ahora. Que Casado esté de capa caída, que el PP esté a las puertas de una catarsis y que Yolanda Díaz no haya dado ni los primeros pasos para montar su plataforma hacen de esta primera mitad de año un momento perfecto para convocar elecciones. Las encuestas le dan, casi todas, ganador de unas hipotéticas elecciones. La clave está en si será capaz de sumar con la mayoría de investidura o no.

López cree que es un buen momento para plantearse una convocatoria electoral

López cree que es un buen momento para plantearse una convocatoria electoral temprana. La razón es que el PP de Casado tiene ahora una situación muy difícil. La idea de Sánchez y de López es la de adelantar la convocatoria para «forzar» que Pablo Casado sea el candidato. Si los tracking a los que tiene acceso Moncloa reflejan la verdad aunque sea mínimamente, la guerra interna ha debilitado lo suficiente a Casado como para que una convocatoria electoral hunda aún más al PP. Es cierto que Vox saldría reforzado, pero el bloque de la derecha no conseguiría su objetivo de ocupar la Moncloa.

El error, a ojos de López, es permitir que el PP se rearme. Sea el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lo cierto es que permitir que el PP se recupere de esta crisis interna podría convertir las opciones de gobierno del PSOE en algo residual. Cualquiera de estos dos candidatos que suenan con fuerza para ser candidatos tendría mejores opciones, según sociólogos consultados. Y si esperan a la fecha natural de las elecciones, lo cierto es que las posibilidades de Sánchez se reducirán drásticamente. Las del PSOE y las de Vox, claro está.

A esto hay que añadir el proyecto de Yolanda Díaz. La erosión del Gobierno hará que el votante medio de izquierdas vea con mejores ojos un partido nuevo con la única ministra de Podemos bien valorada. Dejar este tiempo para que Díaz consiga montar un partido bien estructurado que aglutine a la izquierda podría dejar a Sánchez aún más tocado de lo que se espera. La imagen del presidente del Gobierno después de varios años de legislatura está tocada y no es bueno que aparezca una alternativa a los socialistas que entusiasme al votante progresista. Un adelanto electoral abortaría las pretensiones de Díaz de erigirse como la líder de la izquierda española.

Con todo esto sobre la mesa, llega el momento de buscar fechas. Se habla de verano y se habla de septiembre u octubre como posible momento clave. El presidente quiere esperar a que algunas de sus medidas sociales más sonadas entren en vigor y así tener fresca la idea de que el Gobierno mira por los españoles. Hay quien en el PSOE ya advierten que para Sánchez es una opción muy viable para la que tan solo hace falta una excusa razonable que puede ser perfectamente la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado. Si se redactan de tal forma que no tenga apoyos suficientes, Sánchez podría plantearse adelantar las elecciones para seguir atrincherado en la Moncloa.

TEMOR EN EL PSOE

No todos están de acuerdo con el adelanto electoral. En el PSOE temen que el oportunismo de Moncloa ponga patas arriba todo lo construido hasta ahora. Están convencidos de que Sánchez hará lo que más le convenga y saben que está dispuesto a atizar el calendario electoral con tal de tener más opciones. Este mismo grupo de socialistas temerosos de las decisiones impulsivas del presidente creen que el PP tiene capacidad de recomponerse rápido y consideran que las prisas pueden volverse en contra de las pretensiones del presidente del Gobierno.

El adelanto electoral dará a Sánchez la excusa de volver a cambiar a corto plazo la composición del Gobierno, algo a lo que está muy acostumbrado. Sin embargo, esta idea tensa a más de uno que sabe que no repetirá. Algunos de los nombres ya son conocidos, otros no tanto. En cualquier caso, el adelanto electoral no es algo que esté bien visto por el partido. No las tiene todas consigo el presidente. No al menos en cuanto a apoyos se refiere.

Otra de las razones que no gustan en el PSOE es que Sánchez sabe que cuenta con Vox para hundir al PP. La decisión de adelantar el calendario electoral solo beneficiaría a dos partidos. Al PSOE, por supuesto, pero también a Vox, que sacaría una buena cantidad de votos procedentes del PP. Esta idea no entusiasma a muchos socialistas porque saben que Sánchez juega con dar alas a Santiago Abascal. Sin embargo, saben que Sánchez optará por la que más le convenga. Sea como sea, todos están expectantes a las conversaciones que mantiene Sánchez con su jefe de gabinete.