Borrás dice que el Parlament es uno de los objetivos de la «guerra sucia del Estado español»

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha reivindicado su gestión al frente de la Cámara catalana ante la «extrema vulnerabilidad» que cree que tiene la misma ante los tribunales, como cree que se demuestra en el caso del exdiputado de la CUP Pau Juvillà, al que le ha sido retirado el escaño por decisión de los tribunales. En este sentido, cree que la Cámara legislativa catalana «continúa siendo uno de los principales objetivos de la guerra sucia y antidemocrática del Estado español contra las instituciones catalanas».

En una comparecencia para hacer balance del aniversario de la legislatura, ha lamentado lo que ella califica como represión del Estado y ha llamado a hacer frente a la «violabilidad del Parlament con unidad, sin reproches y rehaciendo las confianzas rotas» entre los partidos independentistas.

Borràs ha afirmado que la retirada del escaño de Juvillà ha evidenciado la vulnerabilidad del Parlament: «Por eso, no puedo, no podemos, estar satisfechos con el desenlace que ha tenido este episodio», y ha pedido a los partidos independentistas unidad y determinación para fortalecer la Cámara catalana.

Según ella, el Parlament «ha hecho todos los pasos posibles para ir más allá» que lo que se hizo con la inhabilitación del expresidente de la Generalitat Quim Torra, pero cree que la justicia también ha ido más allá que en esa ocasión y por eso se le ha acabado retirando el acta a Juvillà.

SECRETARIA GENERAL

Después del caso Juvillà, la presidenta de la Cámara ha afirmado que mantiene la «confianza» en la secretaria general del Parlament, Esther Andreu, a la que nombró tras destituir al exsecretario general Xavier Muro, con el que Borràs fue crítica por su papel en la anterior legislatura.

Preguntada por si se plantea relevar a Andreu al igual que hizo con Muro porque el caso Juvillà ha acabado igual como acabó la inhabilitación de Torra, Borràs ha contestado que «no siempre llegar al mismo resultado no implica que los caminos sean diferentes».

Ha defendido que mantiene su confianza en el equipo de letrados que nombró y cree que no se puede ignorar que la «existencia de precedentes» dificulta la gestión de casos posteriores, en alusión a la inhabilitación de Torra en la anterior legislatura.

VOTO DE JUVILLÀ

Pese a que ha hecho autocrítica sobre ese caso, para Borràs la única culpable de la inhabilitación es «la represión del Estado español» y ha negado que el 3 de febrero, cuando se celebró un pleno que aprobó un dictamen en defensa del escaño del exdiputado ‘cupaire’, Juvillà ya no tuviera acta de parlamentario.

Ese día Juvillà no fue convocado al pleno y Borràs rechazó que el ‘cupaire’ pudiera votar de manera delegada esgrimiendo un «conflicto de intereses» porque se votaba un dictamen que le afectaba a él.

Así, en la comparecencia ha argumentado que ella firmó de su «puño y letra» la aceptación a trámite de la delegación de voto pero no aceptó su voto porque consideró que había un conflicto de intereses.

MÁS CONSCIENTE DE LAS «LIMITACIONES»

Borràs ha reconocido que después de un año como presidenta del Parlament es más consciente de las «limitaciones y de las complejidades de la gestión» de esta Cámara pero también de las capacidades que tiene y el papel que debe jugar.

Además, ha llamado a «robustecer legalmente» el Parlament para evitar la influencia de los tribunales, y ha reiterado su propuesta de impulsar una ley electoral propia y una reforma del reglamento que considera que servirían para preservar mejor la soberanía de la Cámara catalana.

«GUERRA SUCIA» DEL ESTADO

Borràs ha alertado de que el Estado «persevera en la voluntad de limitar y condicionar la actividad parlamentaria», y ha pedido no normalizar esta situación ni que el Tribunal Constitucional, la Junta Electoral Central (JEC) o el Tribunal Supremo influyan en la actividad parlamentaria.

«Quiero, queremos, un Parlament fuerte, independiente y libre, porque sin un Parlament soberano ningún anhelo de libertad de la ciudadanía será respetado y porque sin separación de poderes no puede haber democracia», ha añadido.

Ha recordado que ella se presentó a las elecciones catalanas del 14 de febrero con la intención de lograr ser presidenta de la Generalitat pero «después de hacer una lectura honesta y rigurosa de los resultados electorales» llegó a la conclusión de que el Parlament debe tener un papel clave en el desarrollo político de Cataluña y por eso apostó por presidir la Cámara.

Considera que el Parlament «continúa siendo uno de los principales objetivos de la guerra sucia y antidemocrática del Estado español contra las instituciones catalanas».

Además, ha defendido su gestión al frente de la Cámara ante «los discursos xenófobos, racistas, machistas y de enaltecimiento de cualquier otro tipo de opresión personal o nacional», ha destacado que se ha avanzado en la digitalización de la institución y se han aprobado protocolos contra el acoso psicológico y contra el acoso sexual, entre otras acciones.

En la comparecencia, Borràs también ha hecho referencia a la guerra en Ucrania, que ve un «desafió en toda regla a los principios democráticos», y ha celebrado las iniciativas solidarias que se están organizando desde Cataluña.