Pedro Sánchez quiere «castigar» a Madrid antes de dejar el Gobierno

Quienes le conocen bien, lo saben. Pedro Sánchez no es precisamente alguien que olvide los agravios. De hecho, en su carrera política no ha perdonado a prácticamente nadie de todos esos socialistas con los que coincidió y no apostaron por él. Pues bien, fuentes de Ferraz dejan claro que el presidente del Gobierno mantiene también esta actitud con algunos votantes madrileños. Los malos resultados del PSOE en la capital fueron el principio, pero el que Isabel Díaz Ayuso se hiciera con prácticamente la mayoría absoluta con la Comunidad de Madrid le dejó claro al líder del Ejecutivo que en la capital no era bienvenido. Por todo esto, Sánchez se ha propuesto a un año de las elecciones «descapitalizar» Madrid del modo más rápido posible. Y la forma es privando a la capital de acoger determinadas sedes.

No es que Sánchez quiera llevar la contraria a la mayoría de las capitales del mundo, pero lo cierto es que el PSOE tiene claro que, tras las elecciones de mayo, Madrid está perdido. El presidente ha sido especialmente complaciente con aquellos partidos que han vendido que la capital no era precisamente «aliada» de otras grandes ciudades o comunidades autónomas. Hablar de los comentarios de ERC o de los que lanzaba al aire el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, son solo algunos de los ejemplos que escenifican esta realidad. Pero lo cierto es que desde el PSOE entienden que Sánchez quiere castigar a Madrid porque es un territorio donde no saca ni un voto.

Sánchez quiere castigar a Madrid porque es un territorio donde no saca ni un voto

El mejor ejemplo que escenifica estos pequeños castigos se ha dejado ver a finales de agosto, cuando el presidente del Gobierno ha tanteado la posibilidad (que es una certeza ya en el Ejecutivo) de que la Agencia Estatal de Salud Pública no se vaya a ubicar en Madrid. Ya no hablamos de que haya abierto un proceso por el cual se elija de forma democrática cuál debería ser la ubicación de esta agencia, sino que ha descartado la idea de que se instale en Madrid. Cualquier otra comunidad autónoma tiene todo el derecho del mundo a optar a ella. Todas menos la gobernada por Isabel Díaz Ayuso. Esto responde a una idea de «descentralización» que que el PSOE pretendía poner en marcha con más contundencia, pero sin suerte.

El Consejo de Ministros ya aprobó en marzo de este año un decreto por el que iba a descentralizar Madrid. El problema es que este proceso se ha quedado algo estéril mientras ha avanzado la legislatura y el presidente del Gobierno no quiere dejar la Moncloa sin consumar su plan de alejar de la capital algunas instituciones públicas importantes. No porque crea que le viene bien al país, sino porque Sánchez se ha obsesionado con castigar Madrid, tal y como detallan algunos de los compañeros de partido del presidente, especialmente del PSOE-M.

Este «desprecio» de Sánchez por todo lo que huela al oso y el madroño también lo han sufrido desde el PSOE de Madrid con ganas. La sensación en el partido de que desde Ferraz les han ninguneado constantemente, el hecho de que el exjefe de gabinete del presidente hiciera las listas a su antojo o que siempre les hayan tratado como una delegación de segunda no incluyendo en el Gobierno a los pesos pesados del PSOE-M dan cuenta de ello. Pues lo mismo ocurre con la capital y con una comunidad que no le ha dado a Sánchez prácticamente ningún escaño en comparación con lo obtenido por sus rivales.

Madrid es popular. Y esto ha sido suficiente para el Gobierno como para castigar a la capital. Pero también hay escondido un empeño personal en boicotear la legislatura de Isabel Díaz Ayuso, la única dirigente política que ha salido reforzada de la pandemia por precisamente llevar justo la contraria al presidente del Gobierno y a sus medidas aleatorias para controlar la pandemia. El hecho de que la presidenta popular pueda llevarse el mérito de cualquier decisión tomada por el Ejecutivo es algo que también marca el rumbo y la hoja de ruta del Gobierno. Pero si a esto le sumamos que es un territorio del que no rascará ni un escaño, queda claro que el presidente quiere «castigar Madrid», tal y como aseguran fuentes del PSOE-M.