El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, ha sacado a relucir todas las vergüenzas de los partidos políticos. El representante del Consejo General del Poder Judicial ha aprovechado el discurso solemne de Apertura del Año Judicial para sacar las vergüenzas especialmente del Partido Popular, esa formación que se ha negado desde diciembre de 2018 a renovar el CGPJ por cuestiones de interés político. El propio presidente del Tribunal Supremo ha amenazado con dimitir si en las próximas semanas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, no se ponen de acuerdo para renovar el Consejo. La consecuencia inmediata ha sido, tal y como aseguran fuentes de Génova, que Feijoo ha pasado pro el aro y ha accedido a reunirse con Sánchez para renovar el CGPJ si cumple algunos «requisitos». En el seno del partido celebran que se haya abandonado esa posición «casadista» que tantos enfrentamientos con la Justicia les ha traído.
Carlos Lesmes ha sido tremendamente contundente: «La renuncia individual puede resultar admisible, la renuncia colectiva no lo es, pues llevaría a la paralización total del Consejo». «¿Qué pensarían los ciudadanos, por poner un ejemplo que todos entiendan, si todos los ministros de un gobierno en funciones decidieran colectivamente desertar de sus cargos, dejando a España sin Gobierno, como medio de presión al Parlamento en un proceso de investidura que se estuviese dilatando excesivamente en el tiempo?», ha comentado.
la idea de limitar los nombramientos de los partidos independentistas y de Unidas Podemos
El presidente del Tribunal Supremo ha revolucionado la séptima planta de Génova porque esta vez Feijoo sí que es sensible a las críticas vertidas por el líder del CGPJ. Las amenazas y el rechazo generado han afectado a gran parte de los dirigentes del Partido Popular hasta el punto de que Feijoo ha tomado la decisión de ceder, algo que también escuece en el sector casadista. La intención de Feijoo es la de negociar con Pedro Sánchez con algunos vetos, según detallan fuentes del Partido Popular. Entre esos vetos está la idea de limitar los nombramientos de los partidos independentistas y de Unidas Podemos, formaciones políticas desesperadas por colar algún vocal en el CGPJ para tener cierta mano dentro del Consejo. Desde el PSOE aún no se han pronunciado, pero fuentes de Ferraz insisten en que el presidente del Gobierno está más que dispuesto a sentarse con Feijoo para tratar un tema que era un veto para Pablo Casado.
El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, también ha insistido en el hecho de que «la renuncia individual puede resultar admisible, la renuncia colectiva no lo es, pues llevaría a la paralización total del Consejo». «¿Qué pensarían los ciudadanos, por poner un ejemplo que todos entiendan, si todos los ministros de un gobierno en funciones decidieran colectivamente desertar de sus cargos, dejando a España sin Gobierno, como medio de presión al Parlamento en un proceso de investidura que se estuviese dilatando excesivamente en el tiempo?», ha asegurado el presidente del Tribunal Supremo.
«Solicito pública y solemnemente al presidente del Gobierno de España y al jefe de la oposición, máximos responsables de los partidos políticos con mayor representación parlamentaria, que se reúnan con urgencia y lleguen a un acuerdo que ponga solución definitiva a esta situación insostenible que acabo de describir, de manera que el Consejo General del Poder Judicial sea renovado en las próximas semanas o, de no serlo, sea restituido en la plenitud de sus competencias, otorgando a esta petición la relevancia constitucional y democrática que realmente tiene y dejando de lado todo interés de partido», ha asegurado el presidente del Tribunal Supremo.
En Génova veían muchos con buenos ojos el hecho de que Alberto Núñez Feijoo hubiera cogido el testigo de Pablo Casado y se hubiera entrado a la idea de no renovar el CGPJ. Tanto fue así que en el PP daban por hecho que hasta después de noviembre de 2023 no se retomarían las conversaciones. La sorpresa ha llegado a algunos sectores «casadistas» que han visto cómo Lesmes ha conseguido hacer cambiar de rumbo a un presidente del PP que parecía convencido. La renovación del CGPJ puede volver a estar encima de la mesa siempre que el PSOE ceda en algunas exigencias concretas. Pero ya la idea de establecer una nueva ley que deje a los magistrados nombrar a sus vocales no parece ser la razón principal.
Los tiempos que manejaban a nivel interno en el CGPJ han cambiado de forma radical, dado que ahora nadie se atreve a lanzar sus propias apuestas. Ya la idea de que el Consejo General del Poder Judicial no se vaya a renovar antes de año se ha desechado dada la postura del PP. En el PSOE sí que han reactivado su optimismo tras el discurso de Lesmes y temen que la posibilidad de que Pilar Teso lleve a la presidencia del Supremo ha vuelto a cargarse de visos de realidad. Ahora solo queda ver cómo se desarrollan los acontecimientos.