Un agente de la Policía Nacional afronta una petición de pena de cuatro años de cárcel por presuntamente agredir a una joven embarazada durante una intervención policial que se realizó la noche del 17 de octubre de 2020 en el madrileño barrio de Abrantes del distrito de Carabanchel.
El caso se destapó después de que un ciudadano grabara la supuesta agresión y subiera el vídeo a las redes sociales. El vídeo muestra cómo uno de los agentes cachea a una mujer embarazada y la golpea, llamándola ‘puta’.
La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado denunció los hechos ante la Fiscalía de Madrid. El agente defiende que él y sus compañeros actuaron ante la agresividad que presentaba la mujer y los otros detenidos. «Esta persona no fue ni agredida ni golpeada», afirma.
El juicio ha arrancado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid contra cuatro acusados; la joven, su expareja, un médico que se encontraba en los alrededores, y un agente de la Policía Nacional.
La joven denunció los hechos y su abogada, la letrada Elisabeth Villa Vásquez, pide ahora cuatro años de cárcel para uno de los policías que participaron en la intervención por la presunta comisión de un delito contra la integridad moral y lesiones.
En su escrito de acusación, al que tuvo acceso Europa Press, el fiscal pide un año y seis meses de cárcel para la mujer por un delito de atentado y multa de tres meses con cuota de 6 euros diarios por tres delitos de lesiones leves. Su expareja y el otro acusado afrontan la misma pena de cárcel.
En cuanto al agente, el fiscal reclama dos años de prisión por un delito de integridad moral e inhabilitación especial para empleo o cargo público durante el tiempo de la condena. Se le acusa además de un delito leve de lesiones por el que se piden tres meses de multa con cuota de 6 euros diarios.
Los hechos se produjeron sobre las 23 horas del 17 de octubre de 2020 en las inmediaciones del bar ‘Las peques’, ubicado en la calle Mineros, de Madrid, cuando los vecinos requirieron la presencia policial porque había un grupo de personas peleándose entre ellos y lanzando botellas a la vía pública.
En su declaración, la mujer ha relatado al tribunal que se encontraban en el citado bar y al irse, llegaron varios agentes y les pidieron la documentación. Un policía la golpeó y la insultó.
«Le dije que estaba embarazada, pero me dio un porrazo y me chocó la cabeza contra la pared varias veces. Me daba puñetazos y me esposó por detrás», ha narrado, denunciando que sufrió mucho dolor porque estaba embarazada.
Los otros dos acusados han negado haber agredido a los agentes. La expareja de la acusada ha narrado que al ver que había un problema con policías huyó del lugar. En la zona se encontraba un médico, que fue detenido sin tener relación con los hechos.
En su comparecencia, el agente ha explicado que recibieron una llamada de colaboración de unos compañeros, y dos llamadas de apoyo ante una intervención complicada. «Una compañera estaba forcejeando con una mujer y me propongo a dar seguridad en el lugar. Un agente me solicitó ayuda debido a la agresividad de esta mujer y recibí un mordisco, que me obligó a soltar la mano», ha indicado.
El agente ha negado ser la persona que aparece en el vídeo que grabó un transeúnte, reconociendo que hubo un forcejeo con la acusada «siempre proporcional». Una vez que se engrilleta a la detenida, no se produce ningún forcejeo. «No se le golpeó ni agredió», ha aseverado.
Un testigo ha narrado que se encontraba en su balcón con unos amigos y vieron a una persona que intentaba agredir a la Policía para que soltaran a una mujer, quien había sido agarrada por una agente. Según ha dicho, los policías se defendieron dando porrazos sin ver que la chica fuera agredida por los agentes.
Según el fiscal, los agentes se personaron en la zona tras ser requeridos por los vecinos y procedieron a la identificación de las personas que allí se encontraban, siendo una de éstas la acusada, que trató de marcharse.
«Yo no te doy nada, me la suda que seas policía», espetó la acusada a los agentes, motivo por el que uno de ellos trató de sujetarla por el brazo, ante lo cual ésta le propinó una bofetada, impactando en su labio, abalanzándose un grupo de personas no identificadas contra este agente.
Acudió en su ayuda otro agente, a quien la acusada propinó varios bofetones, momento en el que otro de los acusados, expareja de la anterior, trató de impedir su detención, produciéndose un forcejeo con el agente.
En ese momento, se personaron más policías y el acusado Óscar H.R., quien se encontraba adscrito a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Madrid, al observar a un grupo de personas rodeando alindicativo policial Z-110 ahí presente procedieron a intervenir, concretamente en la detención de la acusada.
Según el fiscal, la mujer le propinó un mordisco en la mano del agente, mientras su expareja huyó del lugar, en compañía de otro de los acusados. Éste tras hacer caso omiso al alto que le daban los actuantes y movido por un ánimo de menoscabar la condición de los uniformados propinó un cabezazo en el pecho a uno de los agentes.
En el momento de la detención de la mujer, el acusado Óscar, en su condición de agente del Cuerpo Nacional de Policía «se aprovechó de forma claramente despreciativa y humillante, mientras aquella se encontraba retenida por otro agente y un varón no identificado la gritaba «Puta» para propinarle sin motivo alguno un puñetazo en su rostro, así como una patada en su cuerpo, lanzándola fuertemente a continuación contra el coche policial».