Varios colectivos republicanos preparan una primavera de 2020 caliente contra la monarquía española. Uno de los ejes sobre los que pivotará esta hoja de ruta contra Felipe VI pasará por la organización de varias consultas populares para que la ciudadanía elija la forma del Estado que impera en España.
El pasado 19 de octubre en Madrid varias organizaciones republicanos constituyeron la Plataforma Consulta Popular Estatal Monarquía o República. El ‘plan’ de esta organización es convocar «una consulta democrática no vinculante».
La Plataforma Consulta Popular Estatal Monarquía o República se está organizando en cuatro áreas de trabajo a nivel interno: Llamamiento y Extensión, Organización y Logística, Reglas y Asuntos Legales, y Difusión y Comunicación.
Este organismo ha explicado que ha fijado la consulta «en el conjunto del Estado» para el 9 de mayo de 2020. La cita comenzará a prepararse en la próxima reunión de la Plataforma, que se celebrará el próximo 18 de enero en Toledo.
LA PLATAFORMA EXPLICA SUS INTENCIONES
El citado movimiento asegura que la consulta «es una vía importante de expresión y participación ciudadana sobre una cuestión de máxima importancia en cualquier democracia: la forma de Estado. Cuestión sobre la que la ciudadanía no ha podido pronunciarse ni decidir en ningún momento, ni en la llamada Transición Democrática ni posteriormente».
La intención de este grupo es comenzar a sumar a algunas fuerzas políticas y colectivos. Izquierda Unida, la organización representada en el Congreso más proclive a este tipo de iniciativas, todavía no se ha pronunciado sobre su apoyará la votación.
EL DOSSIER
Luis María Anson, monárquico y experto en detectar conspiraciones, aseguraba en El Mundo que «como el rey es el eje del sistema de la Transición, un sector de la izquierda española está almacenando datos para generar un gran escándalo económico en torno a Juan Carlos I, con el fin de fragilizar la estabilidad de Felipe VI».
Miguel Ángel Mellado explica en El Español que «circula en determinados medios que se prepara un gran escándalo económico dirigido a deteriorar más aún el andamiaje constitucional de 1978, con la monarquía como objetivo principal de los zapadores dinamiteros».
Y asegura que la clave del dossier «está en las importaciones de petróleo realizadas por España a finales de los años 70 y durante la década de los 80, gracias a la relación del anterior Jefe del Estado con el hermano árabe: la familia real saudí. Por aquí también podría saltar el escándalo del que se oyen ecos del runrún».
Mellado dice que «hay demasiadas copias de las llaves del arcón con los oscuros secretos económicos del anterior rey. Por todo esto, hay expertos que, en privado, comentan que Felipe VI haría bien en renunciar ante notario, por anticipado, a lo que le corresponda del testamento de su padre».
LOS PERIODISTAS SUPUESTAMENTE MONÁRQUICOS CARGAN CONTRA FELIPE VI
Algunos periodistas considerados como cercanos a la monarquía no se están cortando contra Felipe VI. Especialmente beligerante, desde hace tiempo, se muestra Jaime Peñafiel, que asegura que el rey «es un hombre que está seriamente dominado por su mujer y tiene miedo de que ella salte».
Màrius Carol reconocía hace unos días que le afeó a Felipe VI su declaración sobre Cataluña: «Le dije tan respetuosamente como supe que me había quedado muy frío, que era un discurso muy poco empático; creo que muchos catalanes que no somos independentistas nos quedamos muy fríos, con la sensación de no sentirnos más acompañados»
El director de La Vanguardia deja claro que Felipe VI pensó aquel día en el resto del Estado: «Yo creo que aquel discurso iba dirigido más a las personas que viven fuera de Cataluña que a los ciudadanos de Cataluña y yo creo que faltó empatía».
EL DARDO DEL NYT
Especialmente sensible es Zarzuela hacia los artículos que se publican fuera de nuestras fronteras y muy llamativo fue el dardo del año pasado que les arreó The New York Times: «Ni las tradiciones monárquicas ni la atención educativa que reciben los herederos garantizan que el cargo pase siempre a una persona con suficiente capacidad intelectual o moral. Lo contrario es más probable: que el trono sea ocupado, tarde o temprano, por alguien incompetente o corrupto».
El emblemático periódico aseguró que parte de la sociedad «ve las consultas como un ataque al corazón del Estado español. En realidad, harían bien en aceptar el envite: la monarquía necesita un referéndum para garantizar su continuidad a largo plazo y renovar su legitimidad democrática».
Y aconsejó a la familia real que evite «el hermetismo que promueve su entorno más conservador y reanudando el impulso reformista de sus comienzos, abrazando incluso la idea de que al final su futuro sea decidido en un referéndum».
