Crédito y Caución prevé un crecimiento del riesgo de crédito en el sector de la alimentación

Crédito y Caución prevé un crecimiento del riesgo de crédito del sector alimentación en España en 2022, según ha informado la aseguradora de crédito en un comunicado.

En concreto, el aumento de la presión de los costes que soporta el sector, el deterioro de los márgenes comerciales y el fin gradual de los estímulos fiscales podrían provocar un aumento de los impagos y las insolvencias en el sector a lo largo de los próximos meses, especialmente entre las compañías más pequeñas, que han aumentado su endeudamiento durante la pandemia.

La aseguradora de crédito estima que el valor añadido del sector crezca en torno al 2% en este ejercicio. Aunque la demanda de la restauración se ha incrementado desde el primer semestre de 2021, considera que es una «recuperación inestable», debido a la propagación en curso de las variantes más recientes.

Los productores y transformadores de los principales subsectores se están enfrentando a precios elevados de las materias primas, los fertilizantes y la energía.

El segmento de bebidas se ha recuperado parcialmente de la importante caída de ventas de 2020, aunque todavía no ha alcanzado los niveles anteriores a la pandemia, mientras que el de las frutas y hortalizas, compuesto principalmente por pequeñas empresas, el aumento de las exportaciones compensa en parte el problema de los altos precios de sus insumos.

Respecto al sector cárnico, las barreras a la importación impuestas recientemente desde China ha provocado un fuerte descenso de los precios del porcino lo que, en combinación con el aumento de los costes de la energía y los piensos, ha provocado un deterioro de los márgenes de los productores.

A nivel global, la cadena de valor del sector alimentación presenta riesgos a la baja muy similares a los que afronta en España. Así, en muchos mercados, los márgenes con los que trabajan las empresas productoras y transformadoras de alimentos son estructuralmente bajos y están bajo presión.

En un entorno global altamente competitivo, en el que el poder de negociación de los grandes minoristas y el canal descuento es muy elevado, los mercados alimentarios son vulnerables a la materialización de diversos riesgos como la volatilidad de los precios de las materias primas, los posibles brotes epizoóticos o la imprevisibilidad climatológica pueden provocar potencialmente un deterioro inmediato de la rentabilidad de las empresas.

Otro aspecto es el cambio de los hábitos de los consumidores, en un nuevo contexto en el que el cliente final exige cada vez mayor transparencia por parte de los fabricantes de alimentos y bebidas sobre sus ingredientes, procesos de producción y cadenas de suministro.

En este contexto, el sector alimentario presenta en el inicio de este año un alto riesgo de impago en Emiratos Árabes Unidos y moderado en Alemania, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, España, Estados Unidos, Francia, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rusia, Singapur o Suecia.

Mientras que el riesgo es bajo en Australia, Austria, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Hungría, India, Indonesia, Irlanda, Italia, Japón, Polonia, Suiza, Tailandia, Taiwán y Turquía.