Teresa Ribera, la ministra de «mal ambiente», no está muy contenta con uno de los altos cargos de su departamento

Teresa Ribera tiene en el punto de mira a un alto cargo de su departamento. Se trata de Sara Aagesen Muñoz, la secretaria de Estado de Energía, quien desde hace más de un año probablemente haya tenido mucho trabajo, dado que España y toda Europa, se encuentran sumidas en una crisis energética. Esto ha provocado que la factura de la luz se haya disparado y desde el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico no han salido demasiadas ideas para paliar la situación. Y es que, el elevado precio de la electricidad ha hecho que Teresa Ribera se encuentre en el punto de mira de Pedro Sánchez y sea una de las nominadas a abandonar las filas del Gobierno durante la próxima crisis. Una purga que se llevará a cabo a principios del próximo año 2023. Por este motivo, la ministra de «mal ambiente», probablemente, no esté demasiado contenta con Sara Aagesen Muñoz, dado que no se le han ocurrido demasiadas idea para frenar la tendencia al alza de la factura de la luz. Y la que lo está pagando es Teresa Ribera.

Desde las filas del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico llevan mucho tiempo trabajando en la forma de reducir la factura de la luz, la cual tiene una tendencia al alza desde hace más de un año. Esta es una cuestión que depende del departamento de Teresa Ribera y, en particular de la Secretaría de Estado de Energía, capitaneada por Sara Aegesen Muñoz. Sin embargo, este alto cargo de Transición Ecológica no ha sido capaz de sacar adelante ninguna medida o iniciativa que permita reducir este coste. Y esto ha pasado factura a la ministra, dado que la ha puesto en el punto de mira de Pedro Sánchez y en la lista negra de candidatos que saldrán del Ejecutivo durante la próxima crisis que se llevará a cabo en a principios de 2023. Por este motivo, Teresa Ribera está muy descontenta con Sara Aegesen porque no ha sido capaz de cumplir las exigencias de la ministra para que ella pueda mantenerse en el cargo.

Sara Aagesen probablemente se ha convertido en una de las personas a las que Teresa Ribera no tiene en más alta estima dentro de su departamento. Esta secretaria de Estado de Energía ha sido una de las persona que han propiciado que la ministra este a las puertas de salir del Gobierno. Sin embargo, el elevado coste de la electricidad no es lo único que ha situado a la vicepresidenta tercera en el punto de mira. Y es que, a esta cuestión se suma la sequía que ha azotado toda España durante este verano y la falta de ideas para hacer frente a la crisis energética en la que está sumida tanto España como toda Europa.

Estas son algunas de las razones por las que Teresa Ribera está en una situación comprometida. Los pesos pesados del Gobierno tampoco quieren saber nada de ella, como el ministro de Presidencia, relaciones con las Cortes y Reto Demográfico, Félix Bolaños. A él se suma también Pedro Sánchez, quien decidió meterla en su lista de defenestrados hace mucho tiempo. Además, si dentro de esta lista hay alguno que todavía tiene oportunidad de salvarse, este no es el caso de Teresa Ribera y desde La Moncloa se lo han hecho saber. Por este motivo, no ha dejado de quitarle competencias a la ministra como no dejarla defender el decreto de ahorro energético en el Congreso de los Diputados. Una medida que defendió la titular de Transportes desde el atril de la Cámara Baja. Y no solo eso, sino que además la ley de costas ha pasado de ser competencia del Ministerio de Teresa Ribera a ser competencia de las comunidades autónomas.

TERESA RIBERA CONVIERTE TRANSICIÓN ECOLÓGICA EN UN CALDERO DE QUEJAS

La ministra Teresa Ribera ya tiene nombre. La conocen en Transición Ecológica como la ministra de «mal ambiente» por su «insoportable» carácter», tal y como la definen quienes conviven con ella casi a diario. Viaja mucho y eso hace que en el ministerio de vez en cuando se respire algo de oxígeno, pero lo cierto es que desde los asesores de prensa hasta los directores generales se quejan abiertamente del mal ambiente de trabajo que hay en Transición Ecológica. Todo, marcado por el carácter de Teresa Ribera, alguien «altivo» que acostumbra a «abroncar» a los suyos de forma permanente. Tal es la reputación de Ribera, que ya incluso los ministros socialistas coinciden en que Ribera no suma. Más bien resta.

Es una conversación permanente en Transición Ecológica. El estrés que se vive en el ministerio ha convertido la sede en un caldero constante de quejas que poco le importan a Ribera. Quienes tienen a la ministra a tiro de Whatsapp tiemblan cada vez que suena el timbre y junto al icono verde se lee el nombre de la ministra. Esto es un sentimiento que ha llevado a muchos a inmolarse a nivel laboral con tal de no aguantar más la tensión que se vive en el ministerio a manos del «reinado del terror» de Ribera.