Estaba anunciado a los medios, pero la voz de Pedro Sánchez ha sorprendido a muchos españoles cuando ha cortado todas las emisiones en antena y ha aparecido, como en el Estado de Alarma, para dar la homilía-balance de los seis meses de Gobierno, crisis de la pandemia del coronavirus de por medio. Es inaudito que todas las cadenas, públicas y privadas, pinchen con Moncloa para escuchar el balance del Presidente del Gobierno. Más allá de si es permisible que se utilicen los medios públicos para dar un mitin, sin ningún viso de autocrítica, la comparecencia de Sánchez ha tenido dos momentos claves: la enunciación sanchista, con su tono y disposición sacerdotal, y la incomodidad de las preguntas de los periodistas. Dos han sido los temas sin respuesta: Pablo Iglesias y el Rey, temas en los que el presidente ha ofrecido silencios incómodos y risotadas varias.
2LA TRAICIÓN DE SÁNCHEZ A FELIPE VI
Ya sea por un lapsus de concepto o por una intencionalidad manifiesta, su comparecencia de hoy ha evidenciado una nueva traición a la Casa Real. Y es que aunque haya expresado su respeto por la decisión de ésta, la intención precisamente de Casa Real era mostrar que el propio Rey Emérito se apartaba de la escena pública española por propia voluntad y no por las presiones del actual monarca. En un momento dado, ha mostrado su comprensión para con la decisión de Felipe VI, por lo que hay detrás de la decisión (¿exiliar a su padre?).
