Estos son los beneficios de incluir la soja en tu dieta

Para muchos, la soja no deja de ser un alimento de moda más. Sin embargo, los nutricionistas insisten en los grandes beneficios de la soja para la dieta, siempre y cuando, matizan, ésta sea equilibrada y se acompañe de ejercicio habitual moderado o intenso. Como cualquier otro alimento, por sí solo no es responsable de la pérdida de peso o de la reducción de las probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular. Pero ayuda. Además, gracias a su versatilidad, que da pie a algunos derivados interesantes, hace que sea muy fácil introducirla en la dieta. ¿Qué aporta realmente la soja a la alimentación? ¿Cuáles son esos beneficios que la han catapultado como alimento de moda?

LA SOJA, UNA LEGUMBRE MUY PARTICULAR

En efecto, la soja forma parte de las legumbres. Como éstas, la soja contiene tanto toxina naturales y beneficiosas como antinaturales o perjudiciales. De ahí que sea imprescindible que su consumo en la alimentación humana se produzca tras el adecuado tratamiento. Solo así conseguiremos extraer todos los beneficios de este alimento para nuestro organismo.

Ahora bien, un elemento en el que insisten los profesionales de la nutrición, la soja no es un alimento que aporte grandes dosis de nutrientes como sí lo hace otros productos de origen animal (ya sea huevos, carne o los lácteos).

BENEFICIOS REALES PARA EL ORGANISMO

Ante cualquier cambio en la alimentación, se aconseja acudir previamente al dietista para planificar cómo se introducirá el nuevo alimento y cómo puede afectar a nuestro organismo -no todos lo asimilamos igual-. Más allá de estas precauciones, además de sumar el ejercicio moderado regular y hacer una dieta equilibrada, repasemos cuáles son sus mayores beneficios.

LA SOJA, BUENA PARA LA PIEL

Esta legumbre se ha demostrado como muy positiva para la piel. No en vano, muchas cremas actuales incorporan el extracto de la soja como un potente hidratante, además de tener cualidades para aliviar y revertir los daños del sol. Al mismo tiempo, actúa como catalizador de las grasas.

Su alto contenido en isoflavonas hace que la soja favorezca la reducción de arrugas y líneas de expresión, especialmente entre mujeres de entre 30 y 40 años.

BUENA PARA TU SALUD CARDIOVASCULAR

Del mismo modo que puede capturar las grasas que se acumulan en los poros de la piel, en su consumo como ingesta actúa igual pero con el colesterol que quiere adherirse a las arterias y obstruir la circulación sanguínea.

También actúa sobre los famosos triglicéridos, disminuyendo, además, la tensión arterial, por lo que se recomienda para pacientes con hipertensión o con tendencia a sufrirla.

REDUCE LA OSTEOPOROSIS

Diversas investigaciones recientes apuntan a que esta legumbre también actúa sobre la salud de los huesos. Se ha estudiado en diversas mujeres en el periodo menopáusico y se ha llegado a la conclusión de que sí ayuda a minimizar la pérdida ósea asociada a este ciclo vital. Es más, se ha revelado como un alimento ideal para aliviar algunos otros síntomas de la menopausia.

CÓMO INCORPORAR LA SOJA A TU DIETA

A pesar de todos estos grandes beneficios, también hay que tener en cuenta, como explicamos al inicio, que tiene una parte oscura o negativa. Por ello, los nutricionistas remarcan que, para introducir la soja en la dieta, ha de ser siempre de forma progresiva, variada y complementada con otros alimentos.

Encontramos soja en productos como bebidas vegetales, hamburguesas veganas, brotes de soja, tofu, aceite e incluso postres. Lo importante en cualquiera de estos alimentos es comprobar la proporción de soja que contienen y si son bajos en grasas saturadas, colesterol y azúcares.

Asimismo, se ha de procurar consumir siempre brotes que presenten un aspecto fresco. Las semillas envejecen y se oxidan rápidamente, perdiendo una parte importante de sus propiedades e incentivando esos aspectos negativos que pueden llevar a sentarnos mal.