En línea con las informaciones que publicaba este diario el pasado lunes sobre los profesores universitarios que hacen caja presionando a sus alumnos para que compren sus libros, Moncloa.com recoge ahora el aparente desconocimiento que tiene la Universidad Rey Juan Carlos de esta práctica a la que se adhieren varios de los docentes que trabajan para la institución. Tras preguntar sobre este tema al vicerrector de Calidad, Ética y Buen Gobierno de la URJC, Manuel Gértrudix, desde el centro explican que «no es fácil» que esta práctica se produzca «con carácter general», pese a que son varios los profesores que la han ejercido, según antiguos alumnos, y que la ejercen, como se ve en las guías docentes.
El vicerrector de Buen Gobierno indica que la elección de los materiales «no son objeto de una recomendación específica de un docente, sino que forman parte del proceso de elaboración de las guías docentes que realizan el conjunto de profesores que imparten una asignatura». Asimismo, asegura que «el modelo de desarrollo de las guías docentes limita notablemente que pueda llevarse a cabo está práctica».
Así, Gértrudix informa que es un conjunto de profesores el encargado de consensuar los libros elegidos para impartir una misma asignatura en todos los campus, por lo que resultaría difícil que un docente ‘cuele’ su propio libro por este filtro. Sin embargo, incluso en este escenario algunos profesores siguen pudiendo imponer sus propios libros.
Es el caso del manual «Lengua Española: Instrumenta Didáctica». Los cinco autores que firman el libro son profesores de la Rey Juan Carlos, así, a modo de coautores, los filólogos estampan sin problema en la guía docente el uso de este libro para su asignatura, al ser todos parte de la misma institución, y de cara a todos los grupos. En Amazon, el libro se vende por 10,50 euros.
No solo eso, sino que la guía docente de la asignatura de Lengua Española para el curso 2020/2021 incluye hasta cuatro libros escritos o coescritos por el profesor titular Fernando Vilches.
Lo mismo sucede con la asignatura de Historia del Mundo Actual, para la que se utiliza el libro del catedrático José Manuel Azcona Pastor, profesor de este departamento. Además, estos libros aparecen en el apartado de bibliografía, y no en el de «bibliografía de consulta», por lo que el uso de estos manuales es más que recomendado. Lo mismo ocurre con la asignatura Introducción a la Economía, impartida en el grado de Administración y Dirección de Empresas. Su bibliografía contiene dos libros de dos de los profesores de la asignatura. Uno de teoría y otro de ejercicios.
Otro caso: asignatura Filosofía del Derecho. Dos profesores utilizan libros suyos, incluidos en la bibliografía de su respectiva guía docente; Santiago Carretero y Marta Albert. Cada uno utiliza además dos libros suyos. Cuestan alrededor de 20 euros en plataformas comerciales.
La Rey Juan Carlos explica que el acceso a los materiales de uso acordados por los profesores «puede ser tanto abierto como de carácter comercial», por tanto, los docentes tienen libertad para usar un libro de obligada compra para el alumno. Añaden asimismo que en «la mayoría de los casos» se dispone de acceso a los materiales a través de la Biblioteca, pese a que al final, muchos alumnos opten finalmente por comprar el libro.
LA REY JUAN CARLOS PROMOCIONA LA «CULTURA ABIERTA»
El vicerrector Gértrudix señala que la URJC mantiene un firme compromiso con la promoción del conocimiento y la cultura abierta, motivo por el que «en enero de 2020 el Consejo de Gobierno aprobó una declaración institucional sobre ciencia educación y publicación abierta». Ejemplos de estos esfuerzos serían sus proyectos URJCx, TV URJC, e-Ciencia Datos, BURJC o Aula Virtual. Sin embargo, esta iniciativa choca con la realidad de que algunos profesores sigan incluyendo sus propios libros como bibliografía recomendada en sus asignaturas, o adaptando sus clases a la estructura que siguen en sus publicaciones.
De hecho, desde la universidad añaden que su visión positiva del conocimiento en abierto no impide «que los docentes puedan utilizar o recomendar textos o recursos docentes de distinta naturaleza, incluidos los comerciales, dado que se trata de que los estudiantes cuenten con los mejores recursos para su proceso de enseñanza-aprendizaje».
Se dan casos de esta práctica en multitud de universidades en España, siendo la UNED, la Universidad Nacional a Distancia, una de las más criticadas al respecto. Es una costumbre habitual y repetida desde hace incluso décadas, y sin embargo, aun no se ha extinguido, pese a la gran cantidad de iniciativas open source y facilidades que ofrece Internet a la hora de compartir recursos gratuitamente en comunidad.
