El dispositivo ilegal que la DGT ha prohibido llevar en el coche

La nueva reforma de la Ley de Tráfico propuesta por la DGT está en el horno, aunque su entrada en vigor no se prevé a corto plazo. Aún debe superarse la fase de tramitación parlamentaria en la que se encuentra actualmente, para lo que pueden pasar varios meses. Los cambios contemplan multas nuevas y retirada de puntos más severa ante comportamientos que provocan riesgos para el propio conductor y para los demás usuarios de las vías, según los criterios establecidos por la Dirección General de Tráfico.

Si el anteproyecto de ley se aprueba, una de las nuevas prohibiciones hará referencia a los dispositivos, aplicaciones mecanismos utilizados para detectar radares. Según la Dirección General de Tráfico, un aparato o dispositivo diseñado para evitar el cumplimiento de los límites de velocidad y eludir la vigilancia de las autoridades, no debe contar con la más mínima cobertura legal. Pero, ¿se incluyen también las aplicaciones móviles que advierten de la proximidad de radares en carretera?

AHORA LA TENENCIA NO ES ILEGAL, SOLO SU USO

Según la nueva normativa, llevar en el vehículo uno de estos mecanismos de detección radares, supondrá una infracción grave que será penalizada con tres puntos en el permiso de conducir y una multa de 200 euros. Actualmente solo se sanciona en el caso de que se esté utilizando durante la conducción, pero una vez aprobado el anteproyecto de ley, el simple ello de tenerlo en el vehículo, aunque no se esté utilizando, sería motivo de sanción. Esto es así porque la DGT ha comprobado que los conductores que los utilizan, los desactivan cuando se aproximan a un control de tráfico, por lo que los agentes no pueden acreditar su uso. Recordemos que estos aparatos son capaces de detectar la presencia de un radar, ya sea móvil o fijo, mediante ondas de radio que informan al usuario de su ubicación exacta.

Al principio, los dispositivos de este tipo que comenzaron a venderse, estaban pensados para ocultarse de la vista de los agentes y se podían esconder bajo la carrocería o en la parte del motor. Desde 2009, y aprovechando el hueco legal, casi todos los que se encuentran en el mercado son portátiles y se instalan factiblemente y a la vista con una ventosa, como cualquier navegador GPS o soporte para smartphone.

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