Aros de cebolla caseros: el truco para que estén mejor que los congelados

Los aros de cebolla son un complemento clásico, a la altura de los nuggets o las alitas de pollo, muy famosos por ser bastante consumidos en muchas cadenas de comida rápida. De un tiempo a esta parte, de hecho, también hay muchas marcas de productos precocinados que han hecho que se compren congelados para solamente tener que freírles. En cualquier caso, hacerlos caseros, por mucho que lleve algo más de tiempo, siempre resulta más saludable y sabroso.

Además, como explicaremos paso a paso a continuación, es un aperitivo muy sencillo de preparar.

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Freír los aros de cebolla

aros de cebolla

Por último solo queda la parte más sencilla de la receta: freír los aros de cebolla. Para hacerlo solo hay que echar generosamente aceite en un sartén y esperar a que este se caliente lo suficiente. Sin tampoco pasarse de temperatura, puesto que nos interesa que el rebozado de los aros no se queme.

También hay que tener en cuenta que no se deben freír demasiadas unidades a la vez, o de lo contrario el aceite pierde potencia y el resultado puede verse resentido. Es mejor tardar un poquito más y que el aperitivo quede más rico. Cuando se vaya friendo cada rodaja, es aconsejable también ir dejándola sobre papel absorbente, para quitar el exceso de aceite que acostumbra a quedar.

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