Siempre que vamos a un restaurante donde sirven carne, el camarero o la camarera nos pregunta si vamos a querer la carne hecha o poco hecha. Hay quienes prefieren tomar la carne poco hecha e incluso cruda porque consideran que está más buena o tienen ese punto de jugosidad que se pierde cuando está muy hecha. Según recoge la web “Consumer”, no es recomendable comer carne poco hecha y menos si la persona tiene un sistema inmune comprometido, es un niño o se trata de mujeres embarazadas.
A qué temperatura fallecen los microorganismos
Según recoge el portal ya mencionado, se estima que a los 65 grados los microorganismos empiezan a caer. Cuanto más grande es la pieza o la cantidad, más tiempo tendremos que tenerlo sometido al calor. Hay que tomar en cuenta que la temperatura del aceite baja cuando le metemos un alimento. Es indispensable que el volumen del alimento llegue a temperatura mínima. Cuanto más corto sea el cocinado, el riesgo aumentará.
