El plan B del PSOE para renovar el CGPJ con mayoría absoluta se va al traste

El PSOE no podrá activar su ‘plan B’ para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Los socialistas sopesaban rebajar el listón de tres quintos del Congreso y del Senado a tan sólo la mayoría absoluta para poder renovar a los miembros del órgano de los jueces y juristas.

La izquierda de Pedro Sánchez, con la presión de Unidas Podemos (ahora Sumar), había tanteado un cambio de la legislación para rebajar el listón de los 210 a tan sólo 176 escaños, es decir, una mayoría absoluta por la mínima para poder nombrar a los miembros del CGPJ. Era el plan B tras el fracaso en las negociaciones con el PP, que hizo valer sus escaños para evitar la fagocitación de las instituciones y mantener la separación de poderes.

La fórmula se decantó con la legislación, que permite designar por mayoría absoluta segunda condición, que la propuesta obtuviera también la firma de una mayoría de de los grupos parlamentarios. Este polémico plan se llevó a cabo con el consejo de RTVE, que derivó en una crisis institucional sin precedentes tras el rechazo de los consejeros escogidos por PSOE, PNV y Unidas Podemos a José Manuel Pérez Tornero, quien dimitió tan sólo año y medio después de asumir el cargo.

LA MAYORÍA DEL PP EN EL SENADO FRENA AL PSOE

El PSOE y Sumar tratarán ahora de poner en marcha este método, pero la mayoría absoluta del PP en el Senado y los 136 diputados ‘populares’ en el Congreso lo impiden. Los números no dan para poder transformar el CGPJ. Y es que, los socios del PSOE, como Bildu, ERC, PNV y Sumar ostentan 172 escaños, y necesitarían el apoyo de Junts para alcanzar la mayoría absoluta. Aún teniendo el apoyo de Junts y alcanzando la mayoría absoluta, el órgano de los jueces tampoco se podría modificar.

De esta forma, los ‘populares’ y el PSOE de Pedro Sánchez se verían abocados a pactar a los miembros del CGPJ. Entre ambas formaciones alcanzan casi el 74% del total de la Cámara Baja, mientras que en el Senado el PP alcanza el 59% del total y necesariamente necesita también al PSOE para poder alcanzar un acuerdo para repartirse los asientos en el órgano judicial.

Los populares’ y el PSOE de Pedro Sánchez se verían abocados a pactar a los miembros del CGPJ

De la misma manera, el PP, como partido más votado, tendría su cuota de asientos conservadores en este CGPJ, aunque el PSOE no está por la labor de tener que negociar con el PP para modificar la institución.

EL PSOE TENDRÁ QUE NEGOCIAR CON EL PP PESE AL CORDÓN SANITARIO

Asimismo, la clave de la crecida del PP en el Congreso y la mayoría absoluta en el Senado también afectaría al Tribunal Constitucional, aunque no sería hasta 2026. Si no hay repetición electoral, la Cámara Alta tendrá que renovar a los cuatro miembros del TC y por tanto será obligatoria la alianza entre PP y PSOE para poder llevarlo a cabo. El PP, como partido más votado y con mayor representación, tendría la posibilidad de optar a la mayoría conservadora, pero de nuevo tendrá que ser el PSOE quien esté al otro lado de la mesa de negociación.

Los líderes del PSOE, Zapatero y Sánchez, tratarán de volver al Estatuto y abordarán la reforma de financiación
Los líderes del PSOE, Zapatero y Sánchez, tratarán de volver al Estatuto y abordarán la reforma de financiación

El principal problema para Pedro Sánchez no es arrancar un pacto con Junts para gobernar. El papel lo aguanta todo y ya se vio como se faltó a la palabra en anteriores legislaturas, como la última de José Luis Rodríguez Zapatero, a los independentistas. Junts y ERC sólo darán su apoyo en la investidura a cambio de un referéndum, la amnistía y un concierto catalán similar al que disfruta País Vasco.

LA MAYORÍA ABSOLUTA EN EL SENADO DEL PP CORTA LAS ALAS A LOS INDEPENDENTISTAS

En este sentido, la presencia del PP en el Senado y en el Congreso, así como en los órganos judiciales y el TC es clave para frenar esta deriva socialista que acepta las tesis independentistas, mientras desde el Gobierno en funciones y desde el PSC se trata de imponer el relato del freno a la extrema derecha.

Tanto los de Oriol Junqueras como los de Carles Puigdemont exigen modificar la Constitución, pero el movimiento con los números actuales del PP es prácticamente imposible.

En caso de que el PSOE trate de colar a la ciudadanía una consulta sobre la unidad de España sería necesario modificar la Carta Magna en su Título Preliminar, para lo que se exige una mayoría cualificada de dos tercios de cada Cámara, la disolución de las Cortes y la nueva composición de Las Cortes lo refrende. Este hecho es imposible con la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta. Además, el PP tendrá en su mano la designación del Defensor del Pueblo y otros seis de los doce consejeros del Tribunal de Cuentas.

EL PLAN DE ZAPATERO Y SÁNCHEZ, LA NACIÓN DE NACIONES

La apuesta del PSOE es crear una España federal, una «nación de naciones» como definió Zapatero entre 2004 y 2011. Por aquel entonces, el PSC gobernaba Cataluña con el apoyo de ICV -integrado ahora en Unidas Podemos y Sumar– y ERC, con Josep Lluís Carod Rovira. Los socialistas catalanes abogaron entonces por el infame pacto del Tinell.

En aquella época, las formaciones separatistas, con CiU incluida, junto a los socialistas acordaron un cordón sanitario al PPC, una medida antidemocrática consistente en la muerte política de los ‘populares’ en todas las instituciones, desde el Ayuntamiento a la Generalitat, pasando por diputaciones y consejos comarcales. Por esta razón, el PPC necesita una mayoría absoluta para poder alcanzar la vara de mando en cualquier elección.

Los socialistas tratan ahora de imponer este relato para asilar al PP y a Vox, tal y como ha apuntado entre líneas Salvador Illa. El movimiento tan sólo define a quien lo hace, pero mientras tanto el PP tendrá que tratar de convencer a los suyos para aunar el voto y poder aspirar a las mayorías absolutas obtenidas con Aznar y Mariano Rajoy.

El movimiento es señalar directamente a la derecha como fuente de todos los males y bloqueos del Gobierno y del PSOE, atado de pies y manos por los designios de Puigdmont, Junqueras y Yolanda Díaz.

ZAPATERO Y ERC, LA ALIANZA CON LA QUE COMENZÓ EL PROCÉS

La promesa de Sánchez vendrá por un nuevo Estatuto de Autonomía, cercenado por el Tribunal Constitucional en 2010. Los socialistas consideran que aquella sentencia generó la reacción separatista, hasta entonces aparcada y con ERC sin eclosión. Zapatero prometió aprobar el texto que llegara del Parlament, que entre otras lindezas aseguraba que el catalán es la única lengua vehicular en Cataluña o que el TSJC fuera la última instancia judicial en el territorio.

Asimismo, también defendía que el Estado debía invertir el peso del PIB en infraestructuras. Todo ello era «papel mojado», meras peticiones. Un día antes del fallo, numerosos medios editados en Cataluña, como La Vanguardia, escribieron un editorial conjunto con el fin de presionar a los jueces del TC para mantener el Estatuto. De esta forma, todos los medios que suscribieron aquellas palabras coincidían en puntos y comas.

Zapatero mostró su disconformidad con la sentencia. La deriva posterior por la promesa incumplida del PSOE acabó con el ‘procés’ separatista. El PSOE había traspasado las líneas rojas al aceptar el apoyo de los separatistas de ERC. De nuevo, Pedro Sánchez retomará la mesa de negociación con el Estatuto encima de la mesa, así como los procesos judiciales contra los independentistas y el nuevo sistema de financiación, que romperá la caja única de la Seguridad Social.