Juan Carlos Monedero «El chicharrón» de todos los guisos socialistas de América Latina

La fijación de Juan Carlos Monedero por el socialismo latinoamericano no tiene límites y traspasa hasta las barreras idiomáticas. El pasado domingo se celebró la primera vuelta electoral en Brasil, donde se presentó el ex presidente Luiz Inacio «Lula» Da Silva, conocido por su movimiento socialista obrero y por haber ido a parar en prisión y hasta allá fue a parar el ex líder de Podemos.

Monedero volvió a cruzar el Atlántico para ir a celebrar lo que pensaban que sería una victoria absoluta en las elecciones del país suramericano, pero que a última hora solo le dio el paso al ex presidente brasileño a pasar a una segunda vuelta que se celebrará el próximo 30 de octubre, cuando se medirán el presidente Jair Bolsonaro y el líder del Partido de los Trabajadores.

Para el ex líder de Podemos ya es habitual ir a parar a América Latina en cuanta movida socialista se montan los partidos de por aquellos lares, tal como lo hizo en junio pasado en Colombia, donde estuvo para celebrar el triunfo del actual presidente de ese país y ex guerrillero, Gustavo Petro.

La estrategia del socialista es siempre la misma: ir a ver qué «negocios» puede hacer a través de la «venta» de su ideología de izquierda que resulta tan atractiva para los latinoamericanos que no dejan de elegir presidentes de esta corriente política que siguen sumiendo a estos países en la miseria y donde se han cometido los más atroces actos de corrupción.

Juan Carlos Monedero sabe muy bien cómo venderse, pues ya en una oportunidad tuvo mucho éxito con el difunto dictador Hugo Chávez, que le compró el discurso socialista y lo mantuvo durante muchos años en Venezuela, adoctrinando a los Círculos Bolivarianos, que posteriormente se convirtieron en los grupos armados que el chavismo utilizaba para arremeter contra la población civil que se manifestaba contra el Gobierno.

Este proyecto de adoctrinamiento se llevó a cabo durante varios años en una sede que utilizaba Juan Carlos Monedero, junto a Pablo Iglesias, en el área de Parque Central, en el centro de Caracas. El ex líder de Podemos tenía una relación muy cercana con Hugo Chávez y quienes le rodeaban sabían que tenía línea directa con el dictador venezolano.

Por aquella época también pululaban por la capital venezolana figuras de la talla de la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, con quien también se le vio muchas veces a Monedero merodeando por el lobby del Hotel Hilton, donde la ex funcionaria cubana se hospedaba en sus viajes a Venezuela.

Fue así que nació la entrañable amistad entre el chavismo y Juan Calos Monedero y le sirvió al político para conseguir los fondos que le sirvieron para fundar lo que posteriormente se convirtió en Podemos y que durante sus inicios causó cierta sensación entre los españoles, por ser una corriente alternativa al bipartidismo tradicional y que hoy en día ha derivado a ser un partido político sin mayor arrastre.

Para Monedero la victoria de Lula Da Silva en Brasil representa una nueva etapa, y tal como escribió en su cuenta de Twitter, sus deseos son que «la esperanza que viene de América Latina dé algo de luz a la tormenta oscura de Europa», dijo el cerebro de Podemos, tuiteado desde su IPhone, donde acompañó la frase con una imagen de él y de Lula fundidos en un abrazo.

El político no pierde el tiempo y tras haberse trasladado a Colombia para comenzar a moverse en la misma dirección que lo hizo en Venezuela durante muchos años, reedita esta jugada en Brasil, donde tantea el terreno para continuar vendiendo su ideología, en el caso de que Luis Inacio «Lula» Da Silva resulte ganador en la segunda vuelta electoral que se celebrará en pocas semanas.

La sorpresa para Monedero fue que el ex presidente brasileño no ganara en la primera vuelta, tal como lo vaticinaban todas las encuestas del país, que le daban una arrolladora victoria, pero que al final no lo logró y quedó tan solo a cinco puntos por encima del presidente Jair Bolsonaro, que se postuló para la reelección.

Juan Carlos Monedero se le «incrustó» al chavismo entre 2005 y 2010 y su gestión le valió para supuestamente conseguir los recursos necesarios para financiar su proyecto político junto a Pablo Iglesias, pues durante todos esos años se vendió a la «revolución» chavista como «asesor político» y que a estas alturas lo mantiene en la mira de las autoridades judiciales españolas que lo investigas por el presunto financiamiento irregular que habría recibido por parte del chavismo y por presunto lavado de dinero.

No obstante, de momento tendrá que esperar a ver si Lula Da Silva consigue la victoria en la segunda vuelta que se celebrará el próximo 30 de octubre y será entonces cuando pueda regresar a Brasil con su plan de continuar «vendiendo humo» a los latinoamericanos, con sus temas ideológicos de izquierda.