El juzgado llama a declarar a los guardias civiles supervivientes de Barbate el 10 de mayo

Los guardias civiles que sobrevivieron en febrero de este año a la embestida de una embarcación de narcos están llamados a declarar como perjudicados el 10 de mayo del 2024, comenzando las mismas a las 10.00 horas para los guardias civiles en calidad de perjudicados y también llama como testigo de la causa a un vigilante de seguridad privada del Puerto de Sotogrande (Cádiz).

La noche del 9 de febrero Miguel Ángel González del GEAS y David Pérez del GAR se echaron al mar en una lancha neumática para intentar identificar varias narcolanchas amarradas en mitad del puerto deportivo de Barbate. Ambos perdieron la vida aquella noche. El próximo 10 de mayo testificarán en el Juzgado de Instrucción de Barbate sus compañeros que iban a bordo con ellos, el sargento Juio, otro cabo llamado David y los guardias Óscar y José Luis.

El cabo David fue quien grabó la principal prueba de cargo, un vídeo de 12 minutos grabados por su cámara GoPro, que resultaría herido de gravedad. Otros dos de sus compañeros de la Guardia Civil tuvieron peor suerte y murieron tras ser arrollados premeditadamente por una narcolancha. Las imágenes no dan lugar a la duda, no se trató un accidente y dejó claro que los narcos iban a hacer el mayor de los daños posibles contra la lancha de los guardias civiles.

Eran las ocho y veinte de la noche y la velocidad de la lancha neumática que lleva a bordo a seis guardias civiles, cinco del GEAS y uno del GAR, se podía casi sentir. El miembro del GAR, David Pérez, de 43 años, era fácilmente identificable por el casco rojo, ya que el de los demás es negro. El otro guardia fallecido, Miguel Ángel González, iba a la proa con una linterna enfocando las embarcaciones en un lugar indefenso dentro de la barca.

«LAS NARCOLANCHAS COMIENZAN A REALIZAR PASADAS Y EMBESTIDAS A LA EMBARCACIÓN DEL CUERPO»

El juego del gato y el ratón comenzó cuando los guardias civiles entraron en el puerto deportivo de Barbate y encendieron las luces de identificación. Algunas narcolanchas de las seis que estaban a resguardo del temporal comenzaron entonces a abandonar la zona cuando vieron las luces y el distintivo de la Guardia Civil, otras, según declararán luego los propios guardias a sus compañeros lo harán «de manera organizada» y explicaron que «las narcolanchas comienzan a realizar pasadas y embestidas a la embarcación del Cuerpo».

Una de las lanchas, la más potente que se encontraba dentro de la zona, de cuatro motores fuera borda, comenzó a cruzarse ante la lancha de los guardias civiles, pasando cerca de ellos provocando olas que pueden volcarlos, pero el piloto de la guardia civil es un veterano del GEAS y supo manejar la embarcación.

ESTORBADOS POR UN LÁSER

En su declaración del día 10 los guardias civiles explicarán que siguieron el protocolo establecido, pero que fue imposible la identificación de nadie porque las narcolanchas les amedrentaron hasta en siete ocasiones, primero con un puntero láser de color azul y luego acercándose a gran velocidad con intención de chocar contra ellos. Hasta que el piloto de la barca de la Guardia Civil se da cuenta de que el «juego» de los narcos va a acabar en tragedia y dice a sus compañeros «quillo sacar el arma, que vienen a por nosotros» y repite varias veces «disparad al aire», justo antes de ser embestidos por babor.

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Una vista aérea del Puerto de Barbate.

La cámara del cabo David lo grabó todo, incluido el fondo del puerto de Barbate. El propio cabo y el miembro del GAR sacaron su arma reglamentaria. A los dos minutos y veinte segundos se daban cuenta de que intentaban matarlos y alguien exclamó: «Dios, Dios, disparad, disparad, coño, disparad al aire coño. Van a por nosotros. Quillo sacad el arma», otro pregunta «disparo o no», luego sólo se oye «que viene, que viene para acá».

Tras estas declaraciones tendrá que ser el juez de Instrucción número 1 de Barbate quien decida si Kiko el Cabra y sus compinches tenían intención de asesinar a los guardias civiles o si hubo un accidente y por tanto se acusa a los detenidos de homicidio involuntario. Los guardias creen que hubo dos asesinatos premeditados, los de sus compañeros.